Gefunden 157 Ergebnisse für: Moab

  • Quien escape al terror caerá en el foso, y quien salga del foso quedará prendido en el lazo. Sí, traeré todo esto sobre Moab en el año de su castigo -dice el Señor-. (Jeremías 48, 44)

  • Al abrigo de Jesbón se detienen extenuados los fugitivos. Pero un fuego sale de Jesbón, una llama del medio de Sijón, que devora las sienes de Moab, el cráneo de esta gente revoltosa. (Jeremías 48, 45)

  • ¡Ay de ti, Moab! Estás perdido, pueblo de Camós. Tus hijos son llevados al exilio y tus hijas al cautiverio. (Jeremías 48, 46)

  • Pero yo cambiaré la suerte de Moab en días futuros -dice el Señor-. Aquí termina la sentencia contra Moab. (Jeremías 48, 47)

  • Esto dice el Señor Dios: "Porque Moab y Seír han dicho: ¡Mirad, la casa de Judá es como todos los otros pueblos!, (Ezequiel 25, 8)

  • por eso yo abro la espalda de Moab; destruyo sus ciudades hasta la última, la gloria del país, Bet Yesimot, Baal Meón y Quiriatáyim. (Ezequiel 25, 9)

  • También con Moab haré justicia y sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 25, 11)

  • Después vendrá a la tierra santa, donde caerán muchísimos, pero se escaparán de sus manos los siguientes países: Edón, Moab y la parte principal de Amón. (Daniel 11, 41)

  • Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Moab y por cuatro no le perdonaré; por haber quemado los huesos del rey de Edón hasta calcinarlos, (Amós 2, 1)

  • enviaré fuego contra Moab, que devorará los palacios de Queriot, y Moab morirá en el fragor entre el clamor bélico y el sonido de la trompeta; (Amós 2, 2)

  • Pueblo mío, recuerda lo que tramaba contra ti Balac, rey de Moab, y lo que contestó Balaán, hijo de Beor. Acuérdate de Sitín y de Guilgal, para que conozcas las obras justas del Señor". (Miqueas 6, 5)

  • He oído las injurias de Moab y los ultrajes de los hijos de Amón, que insultaron a mi pueblo y se engrandecieron a costa de su territorio. (Sofonías 2, 8)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina