Gefunden 173 Ergebnisse für: ovejas

  • Y nosotros, tu pueblo, ovejas de tu grey, te estaremos eternamente agradecidos, de edad en edad pregonaremos tu alabanza. (Salmos 79, 13)

  • Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, las ovejas que él guarda. Escuchad lo que dice: (Salmos 95, 7)

  • Reconoced que el Señor es Dios: él nos ha hecho y somos suyos, su pueblo, las ovejas que él guarda. (Salmos 100, 3)

  • Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en mi casa; tuve también mucho ganado, vacas y ovejas, en mayor número que todos los que me precedieron en Jerusalén. (Eclesiastés 2, 7)

  • Coro: Si no lo sabes, tú, la más bella de las mujeres, sigue el rastro de las ovejas y lleva a pastar tus cabritos junto a las chozas de los pastores. (Cantar 1, 8)

  • Tus dientes, cual rebaño de ovejas esquiladas que regresa del baño, cada una con crías mellizas, y ninguna privada de ellas. (Cantar 4, 2)

  • Tus dientes, como un rebaño de ovejas que regresan del baño, cada una con crías mellizas, y ninguna privada de ellas. (Cantar 6, 6)

  • Aquel día cada hombre criará una vaca y dos ovejas; (Isaías 7, 21)

  • En todos los montes que se cavaban con azadón ninguno entrará ya por miedo a las espinas y las zarzas; sólo serán pasto de bueyes, tierra hollada por ovejas. (Isaías 7, 25)

  • Todos nosotros, como ovejas, andábamos errantes; cada cual siguiendo su propio camino. Y el Señor ha hecho recaer sobre él la perversidad de todos nosotros. (Isaías 53, 6)

  • A mí en cambio, Señor, me conoces, pruebas mi corazón y ves que está contigo. Sepáralos como ovejas para el matadero, guárdalos para el día de la matanza. (Jeremías 12, 3)

  • Y vendrán cantando de alegría a la altura de Sión, volverán a gozar de los bienes del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y los bueyes. Su alma será un huerto bien regado y no volverán ya a languidecer. (Jeremías 31, 12)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina