20. La cuba fue pisoteada en las afueras de la ciudad, y de la cuba salió tanta sangre, que llegó a la altura de los frenos de los caballos en una extensión de unos trescientos kilómetros.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina