27. Cuando dejó de estar de luto, David mandó a buscarla y la recibió en su casa. Ella se convirtió en su esposa y le dio un hijo. Pero lo que había hecho David desagradó al Señor.





“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina