Proverbios, 29
8. Los provocadores alborotan la ciudad, pero los sabios calman la efervescencia.
8. Los provocadores alborotan la ciudad, pero los sabios calman la efervescencia.
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina