30. Después, el rey Ezequías y los jefes mandaron a los levitas que alabasen a Yahveh con las palabras de David y del vidente Asaf; y ellos cantaron alabanzas hasta la exaltación, e inclinándose, adoraron.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina