5. Los hombres de Ay les mataron como unos 36 hombres y los persiguieron más allá de la puerta hasta Sebarim, batiéndolos en la bajada. Entonces desfalleció el corazón del pueblo y se derritió como agua.





“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina