8. Al ver Filipo que este hombre progresaba poco a poco y que sus éxitos eran cada día más frecuentes, escribió a Tolomeo, general de Celesiria y Fenicia, para que lo viniera a ayudar en servicio del rey.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina