Found 957 Results for: muro de Jerusalén

  • David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los guardias de Hadadezer y los llevó a Jerusalén. (2 Samuel 8, 7)

  • Pero Mipibaal residía en Jerusalén porque comía siempre a la mesa del rey. Era tullido de ambas piernas. (2 Samuel 9, 13)

  • Cuando los amonitas vieron que los arameos habían huído, retrocedieron ante Abisaí y se encerraron en la ciudad. Enton ces Joab puso fin a la campaña contra los amo nitas y volvió a Jerusalén. (2 Samuel 10, 14)

  • Al año siguiente, en el tiempo en que los reyes sa len a campaña, David mandó a Joab con la guardia y todo el ejército. Derro taron a los amonitas y sitiaron la ciudad de Rabbá, mientras que él se quedó en Jerusalén. (2 Samuel 11, 1)

  • David le dijo entonces: «Bueno, quédate aquí por hoy y mañana te despediré.» Así, pues, Urías se quedó aquel día en Jerusalén. (2 Samuel 11, 12)

  • En cuanto a sus habitantes, los hizo salir de la ciudad, los puso a manejar la sierra, las rastras y las hachas de hierro y los hizo trabajar en la fabricación de ladrillos; lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Y luego Da vid y todo su ejército volvieron a Jerusalén. (2 Samuel 12, 31)

  • Joab se encaminó hacia Guesur e hizo venir a Absalón a Jerusalén. (2 Samuel 14, 23)

  • Absalón permaneció dos años en Jerusalén sin ver al rey. (2 Samuel 14, 28)

  • pues cuando estaba en Guesur, en Aram, hice este voto: Si Yavé me hace volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio en Hebrón.» (2 Samuel 15, 8)

  • Había salido de Jerusalén con doscientos hombres invitados por él, que lo acompañaban sin saber lo que tramaba. (2 Samuel 15, 11)

  • dijo a todos sus servidores que estaban con él en Jerusalén: «Huyamos luego, porque no podemos resistir a Absalón. Salgamos sin demora, no sea que nos ataque de repente, nos inflija una derrota y pase la ciudad a cuchillo.» (2 Samuel 15, 14)

  • Tú y tu hijo Ajimás, junto con Abiatar y su hijo Jonatán, vuelvan en paz a Jerusalén. (2 Samuel 15, 27)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina