Found 264 Results for: aguas del Nilo

  • reunieron a todos los hombres y fueron a combatir contra él. Lo alcanzaron junto a las grandes Aguas de Gabaón. (Jeremías 41, 12)

  • ¿Quién es ese que sube como el Nilo y cuyas aguas se encrespan como los ríos? (Jeremías 46, 7)

  • Es Egipto el que sube como el Nilo y cuyas aguas se encrespan como los ríos. Él decía: "Subiré, cubriré la tierra, haré perecer la ciudad y sus habitantes. (Jeremías 46, 8)

  • Así habla el Señor: ¡Miren! Las aguas suben desde el Norte, se convierten en un torrente desbordado; inundan la tierra y lo que ella contiene, la ciudad y sus habitantes. Gritan los hombres, lanzan gemidos todos los habitantes del país. (Jeremías 47, 2)

  • El clamor de Jesbón llega hasta Elealé; alzan la voz hasta Iahás, desde Soar hasta Joronaim y Eglat Selisiá. Porque hasta las aguas de Nimrim son una desolación. (Jeremías 48, 34)

  • ¡Una espada sobre sus aguas, y ellas se secan! Porque es un país de ídolos y se glorían de esas figuras horrendas. (Jeremías 50, 38)

  • Tú que habitas junto a las aguas caudalosas y eres rica en tesoros: ha llegado tu fin, el término de tus ganancias. (Jeremías 51, 13)

  • Cuando él truena, retumban las aguas en el cielo, hace subir las nubes desde el horizonte, desata la lluvia con los relámpagos, hace salir el viento de sus depósitos. (Jeremías 51, 16)

  • Porque el Señor devasta a Babilonia y hace cesar su gran estrépito; sus olas braman como las aguas caudalosas y resuena el estruendo de su voz. (Jeremías 51, 55)

  • Las aguas corrieron sobre mi cabeza, y yo exclamé: "¡Estoy perdido!". (Lamentaciones 3, 54)

  • Yo oí el ruido de sus alas cuando ellos avanzaban: era como el ruido de aguas torrenciales, como la voz del Todopoderoso, como el estruendo de una multitud o de un ejército acampado. Al detenerse, replegaban sus alas. (Ezequiel 1, 24)

  • Tomó además una semilla del país y la sembró en un campo de cultivo: la plantó como un sauce junto a abundantes aguas. (Ezequiel 17, 5)


“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina