Found 55 Results for: Cuyo

  • Castigo justísimo. Él había cometido muchos delitos contra el altar, cuyo fuego y ceniza son santos. Y en la ceniza encontró la muerte. (II Macabeos 13, 8)

  • "La secta de los judíos llamada asideos, cuyo caudillo es Judas Macabeo, fomenta guerras y sediciones y no deja al reino vivir en paz. (II Macabeos 14, 6)

  • La senda de los justos es como la luz del alba, cuyo esplendor va creciendo hasta el pleno día. (Proverbios 4, 18)

  • Como nave que corta las aguas ondulantes, de cuyo paso es imposible encontrar rastro ni sendero de su quilla entre las olas. (Sabiduría 5, 10)

  • Estableció instrumentos musicales delante del altar, con cuyo acompañamiento los cantos resultaban más dulces. (Eclesiástico 47, 9)

  • -dice nuestro redentor-, cuyo nombre es el Señor todopoderoso, el Santo de Israel. (Isaías 47, 4)

  • Pues lleváis el nombre de la ciudad santa y os apoyáis en el Dios de Israel, cuyo nombre es el Señor todopoderoso. (Isaías 48, 2)

  • Pues tu esposo será tu creador, cuyo nombre es Señor todopoderoso; tu redentor, el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra. (Isaías 54, 5)

  • Pues esto dice el altísimo, el excelso, el que habita una morada eterna y cuyo nombre es santo: Yo habito en una morada excelsa y santa, pero también estoy con el hombre arrepentido y humilde, para reanimar el espíritu de los humildes, para reconfortar el corazón afligido. (Isaías 57, 15)

  • Yo haré venir sobre vosotros una nación de muy lejos, oh casa de Israel -dice el Señor-; una nación invencible, una nación muy antigua, una nación cuya lengua desconoces y cuyo hablar no comprendes. (Jeremías 5, 15)

  • Mentira tan sólo os profetizan, cuyo resultado será que os harán salir de vuestra tierra, que yo os disperse y perezcáis. (Jeremías 27, 10)

  • Esto dice el Señor, el que establece el sol para alumbrar el día, la luna y las estrellas para alumbrar la noche, el que agita el mar y hace bramar sus olas, cuyo nombre es "el Señor todopoderoso". (Jeremías 31, 35)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina