Found 87 Results for: Escuchad

  • Escuchad el clamor de los pastores, el griterío de los mayorales del rebaño, porque el Señor devasta sus pastos. (Jeremías 25, 36)

  • Así, pues, enmendad vuestra conducta y vuestra manera de obrar, escuchad la llamada del Señor, vuestro Dios, y el Señor retirará la desgracia con que os ha amenazado. (Jeremías 26, 13)

  • Pero vosotros, todos los desterrados que mandé de Jerusalén a Babilonia, escuchad la palabra del Señor. (Jeremías 29, 20)

  • Naciones, escuchad la palabra del Señor, y anunciadla en las islas lejanas; decid: "El que dispersó a Israel lo reúne, lo guarda como un pastor su rebaño". (Jeremías 31, 10)

  • Luego Jeremías continuó dirigiéndose a todo el pueblo, y especialmente a las mujeres: "Escuchad la palabra del Señor vosotros, los judíos que estáis en Egipto. (Jeremías 44, 24)

  • Pero escuchad la palabra del Señor todos los judíos que vivís en Egipto: Yo también juro por mi gran nombre -dice el Señor- que no se pronunciará más mi nombre en Egipto por ningún judío que diga: ¡Vive el Señor Dios! (Jeremías 44, 26)

  • Escuchad la decisión que el Señor ha tomado contra Edón y sus proyectos contra los habitantes de Temán: Sí, serán arrastrados cual débiles ovejas, y las praderas temblarán de espanto. (Jeremías 49, 20)

  • Escuchad, pues, la decisión que ha tomado el Señor contra Babilonia y sus proyectos contra el país de los caldeos: Sí, serán arrastrados cual débiles ovejas, y ante ellos sus praderas temblarán de espanto. (Jeremías 50, 45)

  • ¡Escuchad! Agudos gritos salen de Babilonia, un gran estrago del país de los caldeos. (Jeremías 51, 54)

  • Pero el Señor es muy justo, porque yo me rebelé contra sus leyes. ¡Oh, escuchad, pueblos todos, y mirad mi dolor; mis doncellas y mis jóvenes han marchado al destierro! (Lamentaciones 1, 18)

  • Vio ella desencadenarse contra vosotros la cólera de Dios, y dijo: Escuchad, vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor. (Baruc 4, 9)

  • Montes de Israel, escuchad la palabra del Señor Dios. Así habla él a los montes y a las colinas, a las gargantas y a los valles: Ved que yo voy a hacer venir contra vosotros la espada y destruiré las colinas, (Ezequiel 6, 3)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina