Found 90 Results for: Peso

  • La ira del injusto no puede justificarse, porque el peso de su ira lo lleva a la ruina. (Eclesiástico 1, 22)

  • No tomes peso superior a tus fuerzas, no trates con el más fuerte y rico que tú. ¿Cómo vamos a juntar la olla de barro con la caldera? Ésta chocará con ella y la romperá. (Eclesiástico 13, 2)

  • Haz para tus palabras balanza y peso, y para tu boca puerta y cerrojo. (Eclesiástico 28, 25)

  • Vuestros novilunios, vuestras solemnidades me son aborrecibles: se me han vuelto un peso, y estoy harto de aguantarlas. (Isaías 1, 14)

  • destrozaré a Asiria en mi país, la pisotearé en mis montañas; así se quitará de ellos el yugo, y el peso caerá de sus hombros. (Isaías 14, 25)

  • Jamás he ido a divertirme a una reunión de burlones; bajo el peso de tu mano he estado solitario, pues tú me habías llenado de tu ira. (Jeremías 15, 17)

  • Y añadió: "Hijo de hombre, mira, voy a retirar a Jerusalén los víveres: comerán el pan a peso y con ansiedad, y beberán el agua a medida y con angustia, (Ezequiel 4, 16)

  • "Hijo de hombre, toma una hoja afilada; la usarás como navaja de barbero para pasarla por tu cabeza y tu barba. Toma luego una balanza de peso exacto y reparte los pelos. (Ezequiel 5, 1)

  • Llevas sobre ti el peso de tu desvergüenza y de tus acciones detestables, dice el Señor. (Ezequiel 16, 58)

  • Y cuando vivan seguros en su territorio sin que nadie los atemorice, sentirán el peso de su ignominia y de todas las infidelidades que cometieron contra mí. (Ezequiel 39, 26)

  • También los levitas, que se alejaron de mí cuando Israel me abandonó para ir en pos de sus ídolos, cargarán con el peso de sus pecados. (Ezequiel 44, 10)

  • Sirvieron primero al pueblo ante sus ídolos y fueron ocasión de pecado para la casa de Israel; por eso he levantado mi mano contra ellos, dice el Señor Dios. Los levitas cargarán con el peso de su pecado. (Ezequiel 44, 12)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina