Found 38 Results for: Vanidad

  • Y sus días de fatigas, y la preocupación de los negocios, y las noches de insomnio? También esto es vanidad (Eclesiastés 2, 23)

  • Porque él da sabiduría, ciencia y placer al hombre que le agrada; y al malhechor le impone la carga de allegar y amontonar para dejárselo después a quien Dios quiera. También esto es vanidad y dar caza al viento. (Eclesiastés 2, 26)

  • Porque la suerte de los hombres y la suerte de las bestias es la misma; la muerte del uno es como la del otro; ambos tienen un mismo aliento; y la superioridad del hombre sobre la bestia es nula, porque todo es vanidad. (Eclesiastés 3, 19)

  • He visto que todo trabajo y toda empresa con éxito no es más que envidia de uno contra otro. También esto es vanidad y andar a caza del viento. (Eclesiastés 4, 4)

  • He visto además otra vanidad bajo el sol. (Eclesiastés 4, 7)

  • Hay un hombre solo y sin compañero; no tiene hijo ni hermano; y, sin embargo, nunca cesa de trabajar, y sus ojos no se hartan de riquezas. Entonces, ¿para quién trabajo yo y me privo de bienestar? También esto es vanidad y una penosa ocupación. (Eclesiastés 4, 8)

  • Era una muchedumbre sin fin la que él presidía; pero los que vengan después no estarán contentos con él. Y también esto es vanidad y dar caza al viento. (Eclesiastés 4, 16)

  • El que ama el dinero nunca se harta de él; y el que ama las riquezas no obtiene provecho. También esto es vanidad. (Eclesiastés 5, 9)

  • un hombre a quien Dios ha dado riquezas, hacienda y honores, y a quien nada falta de cuanto pueda desear; pero Dios no le concede disfrutar de eso, sino que es un extraño quien lo disfruta. Esto es vanidad y un cruel sufrimiento. (Eclesiastés 6, 2)

  • El que los ojos vean es preferible a que el corazón desee. También esto es vanidad y dar caza al viento. (Eclesiastés 6, 9)

  • Las muchas palabras aumentan la vanidad, pero ¿qué provecho saca el hombre? (Eclesiastés 6, 11)

  • Quién sabe lo que es bueno para el hombre en la vida, durante los días de su vida de vanidad, que él pasa como una sombra? ¿Quién podrá decir al hombre lo que después de él sucederá bajo el sol? (Eclesiastés 6, 12)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina