Eclesiástico, 51
20. Dirigí hacia ella mi alma, y en la pureza la encontré. Apliqué a ella mi corazón desde el principio; por esto jamás seré abandonado.
20. Dirigí hacia ella mi alma, y en la pureza la encontré. Apliqué a ella mi corazón desde el principio; por esto jamás seré abandonado.
“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina