4. los manjares de su mesa, las habitaciones de sus servidores, el porte de sus ministros y sus vestidos, sus coperos, con sus trajes, y los sacrificios que ofrecía en la Casa de Yavé, se quedó sin aliento,





“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina