2. Los judíos, que por fuerza lo acompañaban, le decían: «No intentes aniquilarlos tan feroz y bárbaremente, ten respeto por el día sábado, pues Aquel que todo lo ve lo distinguió y lo declaró santo.»





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina