Ezequiel, 16
34. Te prostituías, pero era al revés de las otras mujeres: nadie corría detrás de ti sino que tú pagabas y nadie te pagaba. Realmente no eras como las demás.
34. Te prostituías, pero era al revés de las otras mujeres: nadie corría detrás de ti sino que tú pagabas y nadie te pagaba. Realmente no eras como las demás.
“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina