Ezequiel, 40
8. El umbral del pórtico que miraba al oriente, al lado del vestíbulo, tenía una vara de profundidad.
8. El umbral del pórtico que miraba al oriente, al lado del vestíbulo, tenía una vara de profundidad.
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina