Fundar 144 Resultados para: Asamblea

  • Vino entonces Jeroboam con toda la asamblea, y hablaron a Roboam diciendo: (2 Crónicas 10, 3)

  • Entonces Josafat se puso de pie en medio de la asamblea de Judá en Jerusalén, en la Casa de Yavé, delante del patio nuevo. (2 Crónicas 20, 5)

  • Entonces en medio de la asamblea vino el Espíritu de Yavé sobre Jazaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaías, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, (2 Crónicas 20, 14)

  • Toda la asamblea hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Joyadá les dijo: «Aquí tienen ustedes al hijo del rey; él reinará como dijo Yavé a los hijos de David. (2 Crónicas 23, 3)

  • Entonces llamó el rey al sumo sacerdote Joyadá, y le dijo: «¿Por qué no has tenido cuidado de que los levitas trajeran de Judá y de Jerusalén la contribución que Moisés, siervo de Yavé, y la asamblea de Israel determinaron para la Tienda de las Citas?» (2 Crónicas 24, 6)

  • Entonces la tropa dejó los prisioneros y el botín delante de los jefes y de toda la asamblea. (2 Crónicas 28, 14)

  • Acercaron después los machos cabríos por el pecado, ante el rey y la asamblea, y éstos pusieron las manos sobre ellos. (2 Crónicas 29, 23)

  • Toda la asamblea, estando postrada, cantaron los cánticos y tocaron las trompetas hasta que se consumió el holocausto. (2 Crónicas 29, 28)

  • Después tomó la palabra Ezequías y dijo: «Ahora ustedes se han consagrado totalmente a Yavé; acérquense y traigan sacrificios de acción de gracias a la Casa de Yavé.» Y la asamblea ofreció sacrificios en acción de gracias, y los de corazón generoso, también holocaustos. (2 Crónicas 29, 31)

  • El rey y sus jefes y toda la asamblea de Jerusalén acordaron celebrar la Pascua en el mes segundo, (2 Crónicas 30, 2)

  • Esto le pareció bien al rey y a toda la asamblea. (2 Crónicas 30, 4)

  • Se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta de los Azimos en el mes segundo; era una asamblea muy grande. (2 Crónicas 30, 13)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina