Fundar 24 Resultados para: Banaías

  • Le dijeron al rey Salomón: «Joab se ha refugiado en la Tienda de Yavé y está al lado del altar.» Salomón mandó decir a Joab: «¿Qué te sucede, que te refugias en el altar?» Y él respondió: «Tengo miedo del rey y me he refugiado junto a Yavé.» Salomón mandó a Banaías, hijo de Yoyada, con esta orden: «Anda y mátalo.» (1 Reyes 2, 29)

  • Entró Banaías en la Tienda de Yavé y le dijo: «El rey manda que salgas fuera.» Joab se negó y declaró: «Aquí moriré.» Banaías llevó la respuesta al rey, diciendo: «Esto he dicho a Joab y esto es lo que me ha respondido.» (1 Reyes 2, 30)

  • Subió Banaías, hijo de Yoyada y mató a Joab. Lo sepultaron en su casa, en el desierto. (1 Reyes 2, 34)

  • El rey puso al frente de su ejército a Banaías, en lugar de Joab, y puso al sacerdote Sadoc en el puesto de Abiatar. (1 Reyes 2, 35)

  • El rey dio orden a Banaías, hijo de Yoyada, quien salió y mató a Semeí. Con todo esto, el reino se hizo más fuerte en manos de Salomón. (1 Reyes 2, 46)

  • Banaías, hijo de Joyada, jefe del ejército; Sadoc y Abiatar, sacerdotes; (1 Reyes 4, 4)

  • Esto hizo Banaías, hijo de Yoyada, y se conquistó gran fama entre los treinta héroes. (1 Crónicas 11, 24)

  • El tercer jefe para el tercer mes era Banaías, sacerdote hijo de Joyadá. Su sección era de veinticuatro mil hombres a su mando. (1 Crónicas 27, 5)

  • Este es aquel Banaías, uno de los Treinta valientes y sobre ellos. En su sección estaba su hijo Amizabad. (1 Crónicas 27, 6)

  • El undécimo jefe para el mes undécimo era Banaías de Faratón, de la tribu de Efraím, y su sección era de veinticuatro mil hombres. (1 Crónicas 27, 14)

  • En seguida el Espíritu me llevó a la puerta de la Casa de Yavé que mira al este. A la entrada de la puerta había veinticinco hombres entre los cuales divisé a Jezanías, hijo de Azur y a Peltía, hijo de Banaías, jefes del pueblo. (Ezequiel 11, 1)

  • Mientras estaba profetizando, murió Peltías, hijo de Banaías: caí entonces con el rostro en tierra y me puse a gritar con fuerte voz: "¡Ay, Yavé! ¿Quieres destruir todo lo que queda de Israel?" (Ezequiel 11, 13)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina