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Con gran ánimo reparó la parte de la muralla que estaba derribada, alzando torres sobre ella. Levantó, además, otra muralla exterior, fortificó el Milo en la ciudad de David y fabricó gran cantidad de armas y escudos. (2 Crónicas 32, 5)
Y todos los vecinos les dieron toda clase de ayuda: oro, plata, ganado y objetos preciosos en gran cantidad, además de toda clase de ofrendas voluntarias. (Esdras 1, 6)
Diariamente se mataba un ternero, seis carneros escogidos y aves, y cada diez días se traía gran cantidad de vino. Todo esto corría por mi cuenta y, sin embargo, jamás pedí el pan del gobernador, porque los trabajos pesaban ya bastante sobre el pueblo. (Nehemías 5, 18)
«Así habla el rey grande, señor de toda la tierra: Toma contigo unos ciento veinte mil infantes valientes y una gran cantidad de caballos, con doce mil jinetes, (Judit 2, 5)
Además, cada hombre recibió provisiones y gran cantidad de oro y plata de la casa real. (Judit 2, 18)
Pero su Dios les aconsejó salir de su casa y marchar a la tierra de Canaán; se establecieron en ella y adquirieron oro, plata y gran cantidad de ganado. (Judit 5, 9)
Ese mismo día su ejército se puso en marcha. El número de guerreros era de ciento veinte mil de infantería y doce mil jinetes, sin contar los encargados del equipaje y la gran cantidad de hombres que iba a pie con ellos. (Judit 7, 2)
por eso bebió tal cantidad de vino como jamás en su vida había tomado. (Judit 12, 20)
Mardoqueo lo puso al tanto de lo que ocurría y le habló, en especial, de la cantidad de dinero que Amán había ofrecido al tesoro real para compensar lo que se iba a perder con los judíos. (Ester 4, 7)
La victoria no depende de la cantidad de los que combaten, sino que viene del Cielo que nos da la fuerza. (1 Macabeos 3, 19)
El séptimo mes del año ciento sesenta, con ocasión de las fiestas de los Tabernáculos, Jonatán vistió los ornamentos sagrados. También reclutó tropas y fabricó gran cantidad de armamentos. (1 Macabeos 10, 21)
Y Jonatán llegó a Tolemaida con gran pompa, encontrándose con los dos reyes. Entonces ofreció a cada uno y a sus Amigos gran cantidad de oro y plata, y otros muchos regalos, ganándose así su favor. (1 Macabeos 10, 60)