Fundar 43 Resultados para: Celebrar

  • Esto aconteció el trece del mes. Al día siguiente se dedicaron a descansar y a celebrar el triunfo con banquetes y fiestas. (Ester 9, 17)

  • Por eso tales días se llaman Purim, que viene de la palabra Pur. Debido a lo expresado en esta carta y a lo que ellos mismos habían visto y vivido, los judíos, junto con sus descendientes y con los que se les agregaran en el futuro, se comprometieron a celebrar anualmente y sin falta estos dos días, en la fecha indicada, según se lo pedía Mardoqueo. (Ester 9, 26)

  • Sus hijos acostumbraban a celebrar banquetes por turno, en casa de cada uno de ellos, e invitaban también a sus tres hermanas a comer y beber con ellos. (Job 1, 4)

  • Que podamos celebrar tu victoria y enarbolar el nombre de nuestro Dios. ¡Que el Señor atienda todas tus peticiones! (Salmos 20, 6)

  • Es bueno dar gracias al Señor y celebrar tu nombre, Dios Altísimo, (Salmos 92, 2)

  • Finalmente, Judas, sus hermanos y toda la asamblea de Israel acordaron celebrar el aniversario de la consagración del altar cada año, por ocho días, desde el veinticinco del mes de Casleu, con una fiesta alegre. (1 Macabeos 4, 59)

  • Luego acordaron celebrar esta victoria cada año, el mismo día trece del mes de Adar. (1 Macabeos 7, 49)

  • Simón ordenó celebrar alegremente cada año este día. (1 Macabeos 13, 52)

  • Estando a punto de celebrar el día (2 Macabeos 1, 18)

  • Estando a punto de celebrar la fiesta de la Purificación del Templo, les decimos que harán bien en celebrar asimismo ustedes estas fiestas. (2 Macabeos 2, 16)

  • Ya no se permitía celebrar el sábado u observar las costumbres de nuestros padres; no podía uno ni siquiera declarar que era judío. (2 Macabeos 6, 6)

  • Por el contrario, eran obligados a celebrar mensualmente el día del rey con un sacrificio. Así también, cuando llegaban las fiestas de Dionisio, eran obligados a seguir su desfile y a ponerse coronas de flores. (2 Macabeos 6, 7)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina