Fundar 33 Resultados para: Comerá

  • Todo descendiente de Aarón que sea leproso, o padezca derrame, no comerá de las cosas sagradas hasta que se purifique. Si tocó un cadáver o si ha tenido un derrame seminal; (Levítico 22, 4)

  • en ese caso será impuro hasta la tarde y no comerá de las cosas santas hasta después de haber bañado su cuerpo en agua. (Levítico 22, 6)

  • Ningún extraño comerá de las cosas sagradas; el que viva en casa del sacerdote o que trabaje a su servicio, no comerá de las cosas sagradas. (Levítico 22, 10)

  • Pero, si queda viuda o es despedida por su esposo sin tener hijos y vuelve a la casa de su padre, podrá comer el pan de su padre, como cuando era joven. Pero ningún extraño comerá de él. (Levítico 22, 13)

  • no beberá ni vino ni bebida alguna que pueda embriagar, ni vinagre hecho de vino o de otra bebida embriagante cualquiera, ni tampoco jugo alguno exprimido de uvas; no comerá uvas frescas ni pasas. (Números 6, 3)

  • Todo el tiempo que sea nazireo, no comerá fruto alguno de la vid, desde los granos hasta el hollejo. (Números 6, 4)

  • comerá una porción igual a la de los demás, aparte de lo que saque de sus bienes patrimoniales. (Deuteronomio 18, 8)

  • El fruto de tus campos, todos tus esfuerzos, los comerá un pueblo que no conoces y tú no serás más que un explotado y oprimido toda la vida. (Deuteronomio 28, 33)

  • No probará nada de lo que procede de la uva, no beberá vino ni bebida fermentada, no comerá nada impuro y observará todo lo que yo le he mandado.» (Jueces 13, 14)

  • Tú, con tus hijos y tus esclavos, cultivarás las tierras para él, y lo que coseches asegurará el susten to de la familia de tu amo. En cuanto a Mipi baal, el hijo de tu amo, comerá todos los días a mi mesa.» Sibá tenía quince hijos y veinte es clavos, (2 Samuel 9, 10)

  • Cada cual comerá del fruto de sus obras: la felicidad será para el justo, la violencia para el impío. (Proverbios 13, 2)

  • El que cultiva a la higuera comerá de su fruto, el que cuida de su patrón recibirá un anticipo. (Proverbios 27, 18)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina