Fundar 60 Resultados para: Doscientos

  • y de entre los ayudantes que David y los jefes habían puesto al servicio de los levitas, doscientos veintidós hombres, todos inscritos personalmente. (Esdras 8, 20)

  • Una parte pertenecía a Hircano, hijo de Tobías, personaje de muy alta posición, al que también alcanzaban estas calumnias. De todas maneras, el tesoro era de cuatrocientos talentos de plata y doscientos de oro. (2 Macabeos 3, 11)

  • Mi viña es sólo para mí y yo no más la cuido. Mil siclos para ti, Salomón, doscientos para los guardianes. (Cantar 8, 12)

  • Para tu ración diaria pesarás doscientos gramos; lo comerás varias veces. (Ezequiel 4, 10)

  • Al norte, los campos para pastar de la ciudad se extenderán doscientos cincuenta codos al este y doscientos cincuenta al oeste. (Ezequiel 48, 17)

  • Contando desde el momento en que sea suprimido el sacrificio perpetuo e instalado el abominable ídolo del devastador, serán mil doscientos noventa días. (Daniel 12, 11)

  • Tenían los babilonios un ídolo llamado Bel, en el que se gastaban diariamente más de seiscientos kilos de flor de harina, cuarenta ovejas y más de doscientos litros de vino. (Daniel 14, 3)

  • Jesús les contestó: «Denles ustedes de comer.» Ellos dijeron: «¿Y quieres que vayamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para dárselo?» (Evangelio según San Marcos 6, 37)

  • Después llamó a dos oficiales y les dijo: «Estén listos para salir hacia Cesarea esta noche después de las doce con doscientos soldados, setenta de caballería y doscientos auxiliares. (Hecho de los Apóstoles 23, 23)

  • El número de los soldados de a caballo era de doscientos millones; es el número que oí. (Apocalipsis 9, 16)

  • Yo enviaré a mis dos testigos vestidos con ropa de penitencia, para que proclamen mi palabra durante mil doscientos sesenta días. (Apocalipsis 11, 3)

  • mientras la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar que Dios le ha preparado. Allí la alimentarán durante mil doscientos sesenta días. (Apocalipsis 12, 6)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina