Fundar 44 Resultados para: Hadad-ezer

  • Los hombres lo tomaron como buena señal y se apresuraron a aprovechar esta respuesta diciendo: «Hermano tuyo es Ben-Hadad.» El les dijo: «Vayan y tráiganlo.» Ben-Hadad salió hacia el rey de Israel y el rey lo hizo subir a su carro. (1 Reyes 20, 33)

  • Ben-Hadad le dijo: «Devolveré las ciudades que mi padre tomó a tu padre, y tú pondrás casas de negocios para ti en Damasco como mi padre lo hizo en Samaria.» El otro respondió: «Hecho este convenio, te dejaré ir.» Hizo el pacto con él y lo dejó libre. (1 Reyes 20, 34)

  • Eliseo se fue a Damasco. Ben-Hadad, rey de Aram, estaba enfermo y le dieron este aviso: «El hombre de Dios ha venido hasta aquí.» (2 Reyes 8, 7)

  • Jazael fue donde Eliseo, llevando consigo todo lo mejor que se podía encontrar en Damasco; cuarenta camellos llevaban este regalo. Al llegar junto a Eliseo, le dijo: «Tu hijo, Ben-Hadad, rey de Aram, me ha enviado a ti para preguntarte: ¿Sobreviviré de esta enfermedad?» (2 Reyes 8, 9)

  • Entonces estalló el furor de Yavé contra Israel y los entregó en manos de Jazael, rey de Aram, y en manos de Ben-Hadad, hijo de Jazael, todo aquel tiempo. (2 Reyes 13, 3)

  • Murió Jazael, rey de Aram, y reinó en su lugar su hijo Ben-Hadad. (2 Reyes 13, 24)

  • Entonces Joás, hijo de Joacaz, volvió a tomarle a Ben-Hadad las ciudades que Jazael le había tomado a Joacaz. Joás lo venció tres veces y recobró las ciudades de Israel. (2 Reyes 13, 25)

  • Murió Baal-Janán y reinó en su lugar Hadad. El nombre de su ciudad era Paí, y el de su mujer Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezahab. (1 Crónicas 1, 50)

  • Murió Hadad y hubo gobernadores, llamados jeques, en Edom: el jeque Timmá, el jeque Alyá, el jeque Yetet, (1 Crónicas 1, 51)

  • Penuel fue padre de Guedor, y Ezer, padre de Jusá. (1 Crónicas 4, 4)

  • Hijos de Efraím: Sutélaj, Bered, su hijo; Tájat, su hijo; Zabad, su hijo; Sutélaj, su hijo; Ezer y Elad. (1 Crónicas 7, 20)

  • Su jefe era Ezer; Obdías el segundo; Eliab, el tercero; (1 Crónicas 12, 10)


“O passado não conta mais para o Senhor. O que conta é o presente e estar atento e pronto para reparar o que foi feito.” São Padre Pio de Pietrelcina