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Era el año quince del reinado del emperador Tiberio. Poncio Pilato era gobernador de Judea, Herodes gobernaba en Galilea, su hermano Filipo en Iturea y Traconítide, y Lisanias en Abilene; (Evangelio según San Lucas 3, 1)
Pero como reprochara al virrey Herodes que estuviera viviendo con Herodías, esposa de su hermano, y también por todo el mal que cometía, Herodes (Evangelio según San Lucas 3, 19)
Juana, mujer de un administrador de Herodes, llamado Cuza; Susana, y varias otras que los atendían con sus propios recursos. (Evangelio según San Lucas 8, 3)
El virrey Herodes se enteró de todo lo que estaba ocurriendo, y no sabía qué pensar, porque unos decían: «Es Juan, que ha resucitado de entre los muertos»; (Evangelio según San Lucas 9, 7)
Pero Herodes se decía: «A Juan le hice cortar la cabeza. ¿Quién es entonces éste, del cual me cuentan cosas tan raras?» Y tenía ganas de verlo. (Evangelio según San Lucas 9, 9)
En ese momento unos fariseos llegaron para avisarle: «Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.» (Evangelio según San Lucas 13, 31)
Cuando supo que Jesús pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió, pues Herodes se hallaba también en Jerusalén por aquellos días. (Evangelio según San Lucas 23, 7)
Al ver a Jesús, Herodes se alegró mucho. Hacía tiempo que deseaba verlo por las cosas que oía de él, y esperaba que Jesús hiciera algún milagro en su presencia. (Evangelio según San Lucas 23, 8)
Herodes con su guardia lo trató con desprecio; para burlarse de él lo cubrió con un manto espléndido y lo devolvió a Pilato. (Evangelio según San Lucas 23, 11)
Y ese mismo día Herodes y Pilato, que eran enemigos, se hicieron amigos. (Evangelio según San Lucas 23, 12)
Y tampoco Herodes, pues me lo devolvió. Es evidente que este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte. (Evangelio según San Lucas 23, 15)
Es verdad que en esta ciudad hubo una conspiración de Herodes con Poncio Pilato, los paganos y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste. (Hecho de los Apóstoles 4, 27)