Fundar 24 Resultados para: Humilde

  • Haz el bien al que es humilde, pero no des a un impío. Niégale el pan, no se lo des, pues llegaría a ser más poderoso que tú y te pagaría con el doble de mal tus buenas obras. (Sirácides (Eclesiástico) 12, 5)

  • Aunque se haga el humilde y se acerque agachado, mantente en guardia y desconfía de él; actúa con él como el artesano que pule un espejo de bronce y que sabe que el óxido no se resistirá hasta el fin. (Sirácides (Eclesiástico) 12, 11)

  • La oración del humilde atravesará las nubes, no se consolará hasta que no sea escuchado. (Sirácides (Eclesiástico) 35, 17)

  • Es la sentencia dictada por los ángeles, la cuestión decidida por los santos para que todo ser viviente sepa que el Altísimo está más arriba que cualquier autoridad humana; él da el poder a quien le agrada y exalta al más humilde de los hombres (Daniel 4, 14)

  • Pero tú, Belsasar, hijo suyo, tampoco has conservado humilde tu corazón, a pesar de que sabías todo esto. (Daniel 5, 22)

  • Dejaré dentro de ti a un pueblo humilde y pobre, que buscará refugio sólo en el Nombre de Yavé. (Sofonías 3, 12)

  • Salta, llena de gozo, oh hija de Sión, lanza gritos de alegría, hija de Jerusalén. Pues tu rey viene hacia ti; él es santo y victorioso, humilde, y va montado sobre un burro, sobre el hijo pequeño de una burra. (Zacarías 9, 9)

  • Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. (Evangelio según San Mateo 11, 29)

  • porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me dirán feliz. (Evangelio según San Lucas 1, 48)

  • Vivan en armonía unos con otros. No busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios. (Carta a los Romanos 12, 16)

  • Soy yo, Pablo en persona, quien les suplica por la mansedumbre y bondad de Cristo; ¡ese Pablo tan humilde entre ustedes y tan intrépido cuando está lejos! (2º Carta a los Corintios 10, 1)

  • El hermano de condición humilde debe alegrarse cuando su situación mejora, (Carta de Santiago 1, 9)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina