Fundar 91 Resultados para: Maestro

  • Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. (Evangelio según San Mateo 23, 8)

  • Jesús contestó: «Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa.» (Evangelio según San Mateo 26, 18)

  • Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: «¿Seré yo acaso, Maestro?» Jesús respondió: «Tú lo has dicho.» (Evangelio según San Mateo 26, 25)

  • Se fue directamente donde Jesús y le dijo: «Buenas noches, Maestro.» Y le dio un beso. (Evangelio según San Mateo 26, 49)

  • Mientras tanto Jesús dormía en la popa sobre un cojín. Lo despertaron diciendo: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?» (Evangelio según San Marcos 4, 38)

  • Jesús estaba todavía hablando cuando llegaron algunos de la casa del oficial de la sinagoga para informarle: «Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar ya al Maestro?» (Evangelio según San Marcos 5, 35)

  • Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» (Evangelio según San Marcos 9, 5)

  • Y uno del gentío le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu mudo. (Evangelio según San Marcos 9, 17)

  • Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que hacía uso de tu nombre para expulsar demonios, y hemos tratado de impedírselo porque no anda con nosotros.» (Evangelio según San Marcos 9, 38)

  • Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?» (Evangelio según San Marcos 10, 17)

  • El hombre le contestó: «Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven.» (Evangelio según San Marcos 10, 20)

  • Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.» (Evangelio según San Marcos 10, 35)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina