Fundar 156 Resultados para: Reunión de las tribus

  • ¡Aleluya! Doy gracias al Señor de todo corazón en la reunión de los justos y en la asamblea. (Salmos 111, 1)

  • Allá suben las tribus, las tribus del Señor, la asamblea de Israel, para alabar el Nombre del Señor. (Salmos 122, 4)

  • No estaría permitido a ninguno del pueblo o de los sacerdotes actuar en contra de estas disposiciones ni contradecir sus órdenes, o hacer reunión pública sin su consentimiento, ni vestir púrpura o llevar el prendedor de oro. (1 Macabeos 14, 44)

  • Reúne a todas las tribus de Jacob y entrégales como al comienzo su heredad. (Sirácides (Eclesiástico) 36, 10)

  • Luego hizo reposar sobre la cabeza de Jacob la bendición para todos los hombres, lo mismo que la alianza; lo bendijo personalmente y le dio el país como herencia. Lo dividió en partes y las distribuyó entre las doce tribus. (Sirácides (Eclesiástico) 44, 23)

  • Piedras preciosas destellaban, grabadas como sellos, engastadas por el joyero en una montura de oro. Allí se leían los nombres de las tribus de Israel: era para tenerlas siempre presentes en la memoria del Señor. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 11)

  • Está escrito que volverás un día para apaciguar la cólera lista para estallar, para que los padres se reconcilien con los hijos y para restablecer las tribus de Jacob. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 10)

  • Están locos los príncipes de Zoan, y se engañan los príncipes de Nof, pues hacen desviarse a Egipto ellos, que son los jefes de sus tribus. Yavé les suministró una droga para que pierdan los sentidos. (Isaías 19, 13)

  • «No vale la pena que seas mi servidor únicamente para restablecer a las tribus de Jacob, o traer sus sobrevivientes a su patria. Tú serás, además, una luz para las naciones, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra.» (Isaías 49, 6)

  • ¿Por qué, Yavé, permitiste que nos perdiéramos de tus caminos, que nuestros corazones se pusieran tercos y ya no te temieran? ¡Vuelve, por amor de tus servidores y de tus tribus herederas! (Isaías 63, 17)

  • Pero, ¿quién de ellos ha asistido a una reunión con Yavé? ¿Quién ha visto y oído su palabra? ¿Quién se ha fijado en sus palabras para transmitirlas? (Jeremías 23, 18)

  • ¿Acaso asistieron a alguna reunión conmigo? ¡Entonces, que transmitan mis palabras a mi pueblo, que lo hagan volverse de su mal camino y de sus obras perversas! (Jeremías 23, 22)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina