Fundar 22 Resultados para: Setecientos

  • El total de oro que los jefes de millar y cien presentaron a Yavé fue de dieciséis mil setecientos cincuenta siclos. (Números 31, 52)

  • En toda esta tropa había setecientos hombres valientes, todos zurdos, capaces de lanzar una piedra con la honda contra un cabello, sin errar el tiro. (Jueces 20, 16)

  • David le captu ró mil setecientos hombres de a caballo y vein te mil infantes. Desjarretó a todos los caballos de los carros de guerra, reservándose solamen te cien. (2 Samuel 8, 4)

  • Al ver el rey de Moab que lo superaban sus enemigos, reunió setecientos guerreros e intentó romper el cerco frente al rey de Edom. Pero no lo lograron. (2 Reyes 3, 26)

  • y sus hermanos, jefes de sus casas paternas: mil setecientos sesenta hombres aptos para los ejercicios del culto de la Casa de Dios. (1 Crónicas 9, 13)

  • y también Jehoyadá, príncipe de los hijos de Aarón, con otros tres mil setecientos. (1 Crónicas 12, 28)

  • De los hebronitas: Jesabías y sus hermanos, hombres muy valerosos en número de mil setecientos, gobernaban la parte de Israel que está al otro lado del Jordán hacia el poniente, en todos los negocios concernientes al servicio de Yavé y del rey. (1 Crónicas 26, 30)

  • También los hermanos de Jería eran hombres valerosos, en número de dos mil setecientos jefes de familias. (1 Crónicas 26, 32)

  • Aquel día ofrecieron a Yavé víctimas consumidas por el fuego, tomando para esto setecientos bueyes y siete mil ovejas del botín que habían recogido. (2 Crónicas 15, 11)

  • Había filisteos que traían a Josafat presentes y plata como tributo, también los árabes le traían ganado menor: siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos. (2 Crónicas 17, 11)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina