Fundar 46 Resultados para: Tocar

  • Incluso las primicias del trigo y las décimas del vino y del aceite, cosas sagradas y reservadas a los sacerdotes de Jerusalén y que ningún laico puede tocar ni siquiera con las manos. (Judit 11, 13)

  • Pero ahora sóolo tengo por pan todo lo que no quería tocar. (Job 6, 7)

  • Y ahora mi cabeza se levanta sobre mis enemigos que me cercan. Jubiloso en su carpa ofreceré sacrificios con aclamaciones. Quiero cantar, tocar para el Señor. (Salmos 27, 6)

  • Oh Dios, mi corazón está dispuesto, mi corazón está atento, quiero cantar y tocar para ti. (Salmos 57, 8)

  • ¡Oh Dios, listo está mi corazón, quiero cantar, quiero tocar para ti con todo mi corazón! (Salmos 108, 2)

  • Oh Dios, quiero cantarte un canto nuevo, y tocar para ti en la lira de diez cuerdas, (Salmos 144, 9)

  • Judas hizo tocar la trompeta y sus hombres atacaron. Los paganos fueron derrotados y huyeron hacia la llanura, (1 Macabeos 4, 14)

  • Nadie se acercaba al que poco antes pensaba tocar los astros del cielo con la mano. Solamente entonces, torturado por aquellas llagas, comenzó a decaer su soberbia. (2 Macabeos 9, 10)

  • Habían adoptado como dioses a ídolos venidos de todas las naciones - imágenes incapaces de ver con sus ojos, respirar con su nariz, oír con sus oídos; que no podían ni tocar con sus dedos ni caminar con sus pies. (Sabiduría 15, 15)

  • Los reyes serán tus padres adoptivos y sus princesas tus niñeras. Se agacharán delante de ti hasta tocar el suelo y besarán el polvo de tus pies. Entonces tú sabrás que Yo soy Yavé; y que nunca defraudo a los que esperan en mí. (Isaías 49, 23)

  • ¡Apártense!, ¡apártense! salgan de aquí, y dejense de tocar cosas impuras. Salgan de Babilonia y purifíquense ustedes que llevan los vasos sagrados de Yavé. (Isaías 52, 11)

  • Vagaban ellos como ciegos por las calles, manchados estaban de sangre; por lo que nadie podía tocar sus vestiduras. (Lamentaciones 4, 14)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina