Fundar 288 Resultados para: buenas obras

  • El pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. (Carta a los Romanos 2, 6)

  • Y ahora, ¿dónde están nuestros méritos? Fueron echados fuera. ¿Quién los echó? ¿La Ley que pedía obras? No, otra ley, que es la fe. Nosotros decimos esto: la persona es reformada y hecha justa por la fe, y no por el cumplimiento de la Ley. (Carta a los Romanos 3, 27)

  • Abrahán fue justo ante Dios, y si lo hubiera conseguido por sus obras, podría ostentar sus méritos, pero no los tiene ante Dios. (Carta a los Romanos 4, 2)

  • Por el contrario, al que no puede presentar obras, pero cree en Aquel que hace justos a los pecadores, se le toma en cuenta su fe para hacerlo justo. (Carta a los Romanos 4, 5)

  • Así David felicita al que Dios cuenta entre los justos sin que sea el fruto de sus obras: (Carta a los Romanos 4, 6)

  • Si viven según la carne, necesariamente morirán; más bien den muerte a las obras del cuerpo mediante el espíritu, y vivirán. (Carta a los Romanos 8, 13)

  • Y ¿cómo lo proclamarán si no son enviados? Como dice la Escritura: Qué bueno es ver los pasos de los que traen buenas noticias. (Carta a los Romanos 10, 15)

  • No devuelvan a nadie mal por mal, y que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. (Carta a los Romanos 12, 17)

  • La noche va muy avanzada y está cerca el día: dejemos, pues, las obras propias de la oscuridad y revistámonos de una coraza de luz. (Carta a los Romanos 13, 12)

  • Pero no me atrevería a hablar de otra cosa fuera de lo que Cristo ha hecho valiéndose de mí para que los paganos reciban la fe: mis palabras y mis obras, (Carta a los Romanos 15, 18)

  • Vean, pues, en nosotros a servidores de Cristo y a administradores de las obras misteriosas de Dios. (1º Carta a los Corintios 4, 1)

  • Hay diversidad de obras, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. (1º Carta a los Corintios 12, 6)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina