Fundar 120 Resultados para: caballo rojo

  • Fui donde los gobernadores del otro lado del río y les entregué las cartas del rey. El rey había ordenado que me acompañaran oficiales del ejército y gente a caballo. (Nehemías 2, 9)

  • Luego me levanté de noche, acompañado de unos pocos hombres, sin decir a nadie lo que yo pensaba hacer en Jerusalén, según mi Dios me lo había inspirado. Llevando únicamente el caballo en que iba montado, salí de noche por la Puerta del Basural. (Nehemías 2, 12)

  • Seguí hacia la Puerta de la Fuente y el estanque del rey, pero no había por donde pudiera pasar mi caballo. (Nehemías 2, 14)

  • Tú viste la aflicción de nuestros padres en Egipto y escuchaste su clamor cerca del mar Rojo. (Nehemías 9, 9)

  • Contó unos ciento veinte mil hombres escogidos para la guerra, y doce mil arqueros a caballo, a los que formó en orden de batalla. (Judit 2, 15)

  • Dios secó el mar Rojo para que pasaran, (Judit 5, 13)

  • Esto no se hace. Pero entregaste a sus jefes a la muerte, y su lecho, rojo de vergüenza, lo dejaste rojo de sangre por su engaño. (Judit 9, 3)

  • y lleve un caballo de los que monta el rey, adornado con los emblemas reales, (Ester 6, 8)

  • luego revista con ese traje al hombre que el rey desea distinguir, hágalo montar en el caballo y vaya por la plaza de la ciudad anunciando delante de él: «¡Miren, señores, cómo trata el rey a la persona que desea distinguir!» «Muy bien, añadió el rey. (Ester 6, 9)

  • Toma inmediatamente el traje y el caballo y haz todo lo que has dicho con el judío Mardoqueo, que está sentado en la puerta del palacio. Y ¡cuidado con olvidar algo siquiera!» (Ester 6, 10)

  • Fue, pues, Amán, revistió con el traje a Mardoqueo, y haciéndolo montar a caballo, lo paseó por la plaza de la ciudad, anunciando: «¡Así distingue el rey a las personas que él estima!» (Ester 6, 11)

  • Llevaban la firma y el sello del rey Asuero y fueron distribuidas por correos a caballo, que, montando en corceles de las caballerizas reales, se dirigieron rápidamente a su destino cumpliendo órdenes del rey. (Ester 8, 10)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina