Fundar 930 Resultados para: destrucción de jerusalén

  • Absalón, acompañado de Ajitofel, entró con todos los hombres de Israel en Jerusalén. (2 Samuel 16, 15)

  • Los servidores de Absalón entraron en la casa de la mujer y preguntaron: «¿Dónde están Ajimás y Jonatán?» Ella respondió: «Ya han pasado el estanque.» Se pusieron a buscarlos, pero como no los encontraron, se volvieron a Jerusalén. (2 Samuel 17, 20)

  • En cuanto a Semeí, hijo de Guera, se presentó al rey cuando hubo pasado el Jordán y le dijo: «Que mi señor el rey perdone y olvide la falta que cometí yo, su siervo, el día en que salía de Jerusalén; que no le dé importancia, (2 Samuel 19, 20)

  • Cuando llegó de Jerusalén al encuentro del rey, éste le dijo: (2 Samuel 19, 26)

  • El rey le dijo: «Ven conmigo y en tu vejez te mantendré junto a mí en Jerusalén.» (2 Samuel 19, 34)

  • Pero Barzilay respondió: «Me quedan pocos años de vida para subir con el rey a Jerusalén. (2 Samuel 19, 35)

  • Y todos los hombres de Israel se apartaron de David para seguir a Sebá; en cambio, los hombres de Judá permanecieron fieles a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. (2 Samuel 20, 2)

  • David entró en su casa, en Jerusalén; tomó a las diez concubinas que había dejado para cuidar la casa y las puso bajo vigilancia. Se preocupó de su mantenimiento, pero ya no se acercó a ellas y permanecieron encerradas como viudas hasta el día de su muerte. (2 Samuel 20, 3)

  • Salieron con Abisaí, de Jerusalén, los hombres de Joab, los quereteos, los peleteos y todos los valientes en persecución de Sebá. (2 Samuel 20, 7)

  • Juntó a todo el pueblo y le habló con tal convencimiento, que cortaron la cabeza a Sebá y se la arrojaron a Joab. Entonces éste hizo sonar la trompeta y se alejó de la ciudad; cada uno se volvió a su casa, y Joab, a Jerusalén, donde estaba el rey. (2 Samuel 20, 22)

  • Así recorrieron todo el país y regresaron a Jerusalén después de nueve meses y veinte días. (2 Samuel 24, 8)

  • El ángel de Yavé extendió su mano hacia Jerusalén para exterminarla, pero Yavé se arrepintió del castigo y detuvo al ángel exterminador, diciendo: «Basta por ahora, retira tu mano.» El ángel de Yavé ya estaba junto al campo de Areuna, el jebuseo. (2 Samuel 24, 16)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina