Fundar 67 Resultados para: escuchar

  • El que tenga oídos para escuchar, que escuche.» (Evangelio según San Marcos 4, 23)

  • Después de escuchar al centurión, Pilato entregó a José el cuerpo de Jesús. (Evangelio según San Marcos 15, 45)

  • Todos en la sinagoga se indignaron al escuchar estas palabras; (Evangelio según San Lucas 4, 28)

  • Cierto día la gente se agolpaba a su alrededor para escuchar la palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. (Evangelio según San Lucas 5, 1)

  • Lo que cayó sobre la roca son los que, al escuchar la palabra, la acogen con alegría, pero no tienen raíz; no creen más que por un tiempo y fallan en la hora de la prueba. (Evangelio según San Lucas 8, 13)

  • La reina del Sur resucitará en el día del Juicio junto con la gente de hoy, y los acusará, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes mucho más que Salomón. (Evangelio según San Lucas 11, 31)

  • Al escuchar a Felipe y ver los prodigios que realizaba, toda la población se interesó por su predicación. (Hecho de los Apóstoles 8, 6)

  • Te mandé a buscar en seguida y tú has tenido la amabilidad de venir. Ahora estamos todos aquí, en la presencia de Dios, dispuestos a escuchar todo lo que el Señor te ha ordenado.» (Hecho de los Apóstoles 10, 33)

  • que estaba con el gobernador Sergio Paulo, el cual era un hombre muy abierto. Este hizo llamar a Bernabé y Saulo, pues deseaba escuchar la Palabra de Dios, (Hecho de los Apóstoles 13, 7)

  • El sábado siguiente casi toda la ciudad acudió para escuchar a Pablo, que les habló largamente del Señor. (Hecho de los Apóstoles 13, 44)

  • Al escuchar esto, Bernabé y Pablo rasgaron sus vestidos para manifestar su indignación y se lanzaron en medio de la gente gritando: (Hecho de los Apóstoles 14, 14)

  • Los oficiales transmitieron esto a los magistrados, que se llenaron de miedo al escuchar que eran ciudadanos romanos. (Hecho de los Apóstoles 16, 38)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina