Fundar 899 Resultados para: guerreros de David

  • Haré que caigan multitudes por la espada de sus guerreros, los sepultureros de los pueblos; acabarán con el orgullo de Egipto y todo su pueblo será exterminado. (Ezequiel 32, 12)

  • Pondré a la cabeza de ellas a un pastor único para que se preocupe de ellas, a mi servidor David. El será su pastor. (Ezequiel 34, 23)

  • Yo, Yavé, seré su Dios, y mi servidor David, su príncipe. (Ezequiel 34, 24)

  • Sobre ellos reinará mi servidor David, y tendrán todos un solo pastor. Entonces caminarán según mis mandamientos, observarán mis leyes y las pondrán en práctica. (Ezequiel 37, 24)

  • Vivirán en esa tierra que di a mi servidor Jacob, esa tierra en que han vivido. Vivirán en ella para siempre, ellos y sus hijos y los hijos de sus hijos; y mi servidor David será su príncipe para siempre. (Ezequiel 37, 25)

  • Comerán la carne de los guerreros, beberán la sangre de los jefes de la tierra: ¡hay muchos carneros, corderos, chivos y toros gordos de Basán! (Ezequiel 39, 18)

  • Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey. Cuando llegue el momento acudirán llenos de respeto a Yavé para recibir sus beneficios. (Oseas 3, 5)

  • canturrean al son del arpa y, como David, improvisan canciones. (Amós 6, 5)

  • Aquel día repararé la choza de David medio caída, taparé sus grietas y levantaré sus ruinas; la volveré a edificar tal como estaba antiguamente. (Amós 9, 11)

  • Sus valientes llevan el escudo rojo, sus guerreros están vestidos de púrpura. Los carros alistados brillan como antorchas y sus hombres llevan el casco. (Nahún 2, 4)

  • Yavé salvará, en primer lugar, a las otras familias de Judá, para que la familia de David y los habitantes de Jerusalén no se crean más importantes que el resto de Judá. (Zacarías 12, 7)

  • Ese día, también, Yavé protegerá de tal forma a los habitantes de Jerusalén que el más débil de entre ellos será como David, y la familia de David, que los encabezará, será como Dios, como el ángel de Yavé. (Zacarías 12, 8)


“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina