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  • Haré cambiar su suerte y los devolveré a Patros, su país de origen, allí formarán un reino, el más modesto de todos ( ): ya no dominará más a las naciones; lo humillaré para que no se imponga más a las naciones. (Ezequiel 29, 14)

  • Desataré mi cólera en contra de Sin, la fortaleza de Egipto, y haré que desaparezca la muchedumbre de No. (Ezequiel 30, 15)

  • Haré que Egipto rinda cuenta y sabrán que yo soy Yavé. (Ezequiel 30, 19)

  • Por eso, esto dice Yavé: Me dirigiré en contra del Faraón, rey de Egipto, le romperé el brazo y haré que se le caiga la espada de la mano. (Ezequiel 30, 22)

  • Te dejaré botado en el suelo, te esparciré por los campos, haré que sobre ti bajen los pájaros del cielo, las fieras de la tierra te devorarán. (Ezequiel 32, 4)

  • Haré que caigan multitudes por la espada de sus guerreros, los sepultureros de los pueblos; acabarán con el orgullo de Egipto y todo su pueblo será exterminado. (Ezequiel 32, 12)

  • Haré perecer todos sus rebaños a orillas de las grandes aguas; ya no las removerán ni el pie del hombre ni las pezuñas del ganado. (Ezequiel 32, 13)

  • Haré que salgan de los otros pueblos, las reuniré de diferentes países y las conduciré a su propia tierra. Haré que ramoneen por las montañas de Israel, en los valles y en todas las praderas del país. (Ezequiel 34, 13)

  • Sí, haré que ramoneen en un buen potrero, en las altas montañas de Israel, descansarán en un buen corral y se alimentarán en fértiles praderas de las montañas de Israel; (Ezequiel 34, 14)

  • Firmaré con ellas una alianza de paz, haré que desaparezcan del país las fieras salvajes; mis ovejas podrán quedarse en el desierto y dormir en los bosques. (Ezequiel 34, 25)

  • Las instalaré alrededor de mi colina y haré que caiga la lluvia a su tiempo, será una lluvia de bendición. (Ezequiel 34, 26)

  • Haré que la tierra produzca en abundancia. Ya no experimentarán más hambre, ni pasarán más esa humillación ante los demás pueblos. (Ezequiel 34, 29)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina