Fundar 183 Resultados para: morir

  • Señala al pueblo un límite alrededor del monte, y diles que no traten de subir al monte o de alcanzarlo. Todo aquel que traspase el límite deberá morir. (Exodo 19, 12)

  • Aléjate de la mentira. No harás morir al inocente ni al justo, porque yo no perdonaré al culpable. (Exodo 23, 7)

  • Ustedes no saldrán de la Tienda de las Citas si no quieren morir, pues está sobre ustedes el óleo de la unción de Yavé.» Ellos actuaron en todo conforme al precepto de Moisés. (Levítico 10, 7)

  • Si la gente del pueblo cierra sus ojos respecto de ese hombre cuando entrega su descendencia para Moloc y no lo hace morir, (Levítico 20, 4)

  • Porque todo primogénito me pertenece desde el día en que hice morir a todos los primogénitos de Egipto; entonces consagré para mí a todos los primogénitos de Israel; tanto de hombre como de ganado son para mí: ¡yo soy Yavé!» (Números 3, 13)

  • aunque sea de su padre o madre, de su hermano o hermana; en pocas palabras, si a ésos les toca morir, no se hará impuro por cuanto tiene en su cabeza la consagración a su Dios. (Números 6, 7)

  • ¿Te parece poco habernos sacado de una tiera que manaba leche y miel para hacernos morir en este desierto? ¿Y tú quieres hacer de jefe? (Números 16, 13)

  • Se dirigió a la comunidad: "¡Apártense de las tiendas de esos hombres perversos! No toquen nada de lo que les pertenece, porque si no van a morir debido a sus pecados". (Números 16, 26)

  • Si alguno ha herido a otro con un instrumento de hierro, y éste muere, es un asesino y debe morir. (Números 35, 16)

  • Si lo ha herido con un arma de piedra que tenía en la mano, y el otro muere, es un asesino y debe morir. (Números 35, 17)

  • Si lo hiere con un arma de madera, y el otro muere, es un asesino y debe morir. (Números 35, 18)

  • o si, por maldad, lo ha golpeado con las manos causándole la muerte, es un asesino y debe morir. El vengador de la sangre dará muerte al asesino en cuanto lo encuentre. (Números 35, 21)


“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina