Fundar 1354 Resultados para: muerte de Moisés

  • pues el amor a nuestros hermanos es para nosotros el signo de que hemos pasado de la muerte a la vida. (1º Carta de Juan 3, 14)

  • El que no ama está en un estado de muerte. El que odia a su hermano es un asesino, y, como saben, ningún asesino tiene la vida eterna. (1º Carta de Juan 3, 15)

  • Si alguno ve a su hermano en el pecado, -un pecado que no ha traído la muerte-, ore por él y Dios le dará vida. (Hablo de esos pecadores cuyo pecado no es para la muerte). Porque también hay un pecado que lleva a la muerte, y no pido oraciones en este caso. (1º Carta de Juan 5, 16)

  • Toda maldad es pecado, pero no es necesariamente pecado que lleva a la muerte. (1º Carta de Juan 5, 17)

  • Ya que ustedes han conocido todo una vez, quiero recordarles que el Señor salvó a su pueblo del país de Egipto; y después dio muerte a los de entre ellos fueron incrédulos. (Carta de Judas 1, 5)

  • Sin embargo, cuando el arcángel Miguel pleiteaba contra el diablo y disputaba el cuerpo de Moisés, no se atrevió a insultarlo, sino que dijo: "¡Que el Señor te reprenda!". (Carta de Judas 1, 9)

  • Miren, viene entre nubes; lo verán todos, incluso los que lo hirieron, y llorarán por su muerte todas las naciones de la tierra. Sí, así será. (Apocalipsis 1, 7)

  • el que vive. Estuve muerto, pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la Muerte y de su reino. (Apocalipsis 1, 18)

  • No tengas miedo por lo que vas a padecer. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba. Serán diez días de prueba. Permanece fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. (Apocalipsis 2, 10)

  • El que tenga oídos, escuche este mensaje del Espíritu a las Iglesias: «El vencedor no tiene nada que temer de la segunda muerte.» (Apocalipsis 2, 11)

  • A sus hijos los heriré de muerte; así entenderán todas las Iglesias que yo soy el que escudriña el corazón y la mente, dando a cada uno según sus obras. (Apocalipsis 2, 23)

  • Se presentó un caballo verdoso. Al que lo montaba lo llamaban Muerte, y detrás de él iba otro: el Mundo del Abismo. Se le dio poder para exterminar a la cuarta parte de los habitantes de la tierra por medio de la espada, el hambre, la peste y las fieras. (Apocalipsis 6, 8)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina