Fundar 165 Resultados para: ofrenda

  • Así, puesta la mujer delante de Yavé, el sacerdote le descubrirá la cabeza y pondrá en sus manos la ofrenda para recordar la culpa, mientras que él mismo tendrá en sus manos el agua de amargura que trae la maldición. (Números 5, 18)

  • El sacerdote tomará de manos de la mujer la ofrenda por los celos, la llevará a la presencia de Yavé y la pondrá sobre el altar. (Números 5, 25)

  • y presentará su ofrenda a Yavé: un cordero de un año sin defecto en holocausto; una oveja de un año sin defecto en sacrificio por el pecado; un carnero sin defecto como sacrificio de comunión; (Números 6, 14)

  • Ofrecerá a Yavé el carnero del sacrificio de comunión junto con el canastillo de panes sin levadura y, luego, hará la ofrenda y la libación. (Números 6, 17)

  • Esta es la ley referente al nazireo que viene a presentar su ofrenda a Yavé con ocasión de su voto, aparte de lo que sus posibilidades le permitan. Si prometió algo más al hacer su voto, lo cumplirá después de cumplido lo previsto por la ley del nazireato.» (Números 6, 21)

  • los jefes de Israel, jefes de los clanes y de las tribus que habían presidido el censo, hicieron una ofrenda. (Números 7, 2)

  • Los jefes hicieron su ofrenda en ese día de la dedicación del altar, y presentaron su ofrenda delante del altar que acababa de ser consagrado. (Números 7, 10)

  • Y Yavé dijo a Moisés: «Cada día uno de los jefes vendrá para hacer su ofrenda por la dedicación del altar.» (Números 7, 11)

  • Najasón, hijo de Aminadab, de la tribu de Judá, hizo su ofrenda el primer día. (Números 7, 12)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Najasón, hijo de Aminadab. (Números 7, 17)

  • El segundo día, Natanael, hijo de Suar, de la tribu de Isacar, hizo su ofrenda. (Números 7, 18)

  • y para el sacrificio de comunión, dos bueyes, cinco carneros, cinco machos cabríos y cinco corderos de un año. Esa fue la ofrenda de Natanael, hijo de Suar. (Números 7, 23)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina