Fundar 223 Resultados para: pies

  • Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies. (Evangelio según San Lucas 7, 46)

  • Al ver a Jesús se puso a gritar y se echó a sus pies. Le decía a voces: «¿Qué quieres conmigo, Jesús, hijo del Dios Altísimo? Te lo ruego, no me atormentes.» (Evangelio según San Lucas 8, 28)

  • La gente salió a ver qué había pasado y llegaron a donde estaba Jesús. Encontraron junto a él al hombre del que habían salido los demonios, sentado a sus pies, vestido y en su sano juicio. Todos se asustaron. (Evangelio según San Lucas 8, 35)

  • En esto se presentó un hombre, llamado Jairo, que era dirigente de la sinagoga. Cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa, (Evangelio según San Lucas 8, 41)

  • La mujer, al verse descubierta, se presentó temblando y se echó a los pies de Jesús. Después contó delante de todos por qué lo había tocado y cómo había quedado instantáneamente sana. (Evangelio según San Lucas 8, 47)

  • Pero donde no los quieran recibir, no salgan del pueblo sin antes sacudir el polvo de sus pies: esto será un testimonio contra ellos.» (Evangelio según San Lucas 9, 5)

  • Nos sacudimos y les dejamos hasta el polvo de su ciudad que se ha pegado a nuestros pies. Con todo, sépanlo bien: el Reino de Dios ha venido a ustedes. (Evangelio según San Lucas 10, 11)

  • Tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra. (Evangelio según San Lucas 10, 39)

  • Pero el padre dijo a sus servidores: «¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. (Evangelio según San Lucas 15, 22)

  • y se echó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole las gracias. Era un samaritano. (Evangelio según San Lucas 17, 16)

  • hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies. (Evangelio según San Lucas 20, 43)

  • Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos como ustedes ven que yo tengo.» (Evangelio según San Lucas 24, 39)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina