Fundar 339 Resultados para: profeta Elías

  • Cuando estaban sentados a la mesa una palabra de Yavé llegó al profeta anciano, (1 Reyes 13, 20)

  • Unos hombres que pasaban vieron el cadáver tendido junto al camino y al león, que estaba junto a él. Llegando a la ciudad en que vivía el anciano profeta, contaron lo que habían visto. (1 Reyes 13, 25)

  • El profeta puso el cadáver sobre el burro y lo llevó a la ciudad, donde le hizo los funerales y lo sepultó. Dejó el cadáver en su propio sepulcro y lo lloraron según la costumbre: «Ay, hermano mío.» (1 Reyes 13, 30)

  • Jeroboam dijo a su esposa: «Levántate y disfrázate para que no te reconozcan y vete a Silo. Allí está el profeta Ajías, que me anunció que yo reinaría sobre este pueblo. (1 Reyes 14, 2)

  • Lo sepultaron y todo Israel hizo duelo por él, cumpliéndose lo que Yavé había dicho por medio del profeta Ajías. (1 Reyes 14, 18)

  • Hecho rey, mató a toda la familia de Jeroboam, no dejando a nadie de ella con vida, hasta exterminarlos a todos, según había dicho Yavé por boca de su siervo el profeta Ajías de Silo. (1 Reyes 15, 29)

  • La palabra de Yavé había sido dirigida por boca del profeta Jehú, hijo de Jananí, contra Basá y contra su familia, por todo el mal que hizo a los ojos de Yavé, irritándolo con sus obras como había hecho la familia de Jeroboam, y también por haberlo exterminado a él y a toda su familia. (1 Reyes 16, 7)

  • Zimri exterminó toda la familia de Basá, como Yavé lo había dicho a Basá, por boca del profeta Jehú, (1 Reyes 16, 12)

  • Elías, del pueblo de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: «Por la vida de Yavé, el Dios de Israel a cuyo servicio estoy, no habrá estos años lluvia ni rocío mientras yo no mande.» (1 Reyes 17, 1)

  • Luego habló Yavé a Elías diciendo: (1 Reyes 17, 2)

  • Entonces habló Yavé a Elías: (1 Reyes 17, 8)

  • Se levantó, pues, y se fue a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que recogía leña. Elías la llamó y le dijo: «Tráeme, por favor, un poco de agua en tu cántaro para beber.» (1 Reyes 17, 10)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina