Fundar 391 Resultados para: reyes amorreos

  • y les dije: Yo soy Yavé, su Dios. No teman a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitan. Pero ustedes no me hicieron caso.» (Jueces 6, 10)

  • Dijo, pues, a la gente de Sucot: «Den, por favor, tortas de pan a la tropa que me sigue, porque está rendida de fatiga, y voy persiguiendo a Zebaj y a Salmuná, reyes de Madián.» (Jueces 8, 5)

  • Luego dijo a Zebaj y Salmuná: «¿Cómo eran los hombres que ustedes mataron en el Tabor?» Ellos respondieron: «Se parecían a ti; tenían aspecto de hijos de reyes.» (Jueces 8, 18)

  • El peso de los anillos alcanzó a mil setecientas monedas de oro; sin contar los prendedores, los aros y los lujosos vestidos que usaban los reyes de Madián. Además, los collares de los camellos. (Jueces 8, 26)

  • Yavé dijo a los israelitas: «Cuando los egipcios, los amorreos, los amonitas, los filisteos, (Jueces 10, 11)

  • Israel mandó entonces mensajeros a Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Jesbón, y le dijo: Déjame, por favor, pasar por tu país hasta llegar a mi destino. (Jueces 11, 19)

  • Yavé, Dios de Israel, puso a Sijón y a todo su pueblo en manos de Israel, que los derrotó y conquistó todo el país de los amorreos que habitaban allí. (Jueces 11, 21)

  • Así conquistaron todo el territorio de los amorreos, desde el Arnón hasta el Yaboc y desde el desierto hasta el Jordán. (Jueces 11, 22)

  • De modo que es Yavé, Dios de Israel, quien ha desalojado a los amorreos en favor de su pueblo Israel, ¿y tú nos vas a desalojar? (Jueces 11, 23)

  • las ciudades que habían tomado a los israelitas fueron devueltas a Israel, desde Acarón hasta Gat; Israel liberó su territorio del dominio de los filisteos. También hubo paz entre Israel y los amorreos. (1 Samuel 7, 14)

  • y le dijeron: «Tú ya estás viejo y tus hijos no siguen tus ejemplos. Pues bien, danos un rey para que nos gobierne, como hacen los reyes en todos los países.» (1 Samuel 8, 5)

  • y dijo a los hijos de Israel: «Esto dice Yavé: Yo saqué a Israel de Egipto y los libré de las manos de los egipcios y de los reyes que los tenían oprimidos. (1 Samuel 10, 18)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina