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  • Entonces David dio una orden a los jóvenes, y ellos los mataron. Luego les cortaron las manos y los pies, y los colgaron junto a la cisterna de Hebrón. En cuanto a la cabeza de Isbaal, la recogieron y la enterraron en la tumba de Abner, en Hebrón. (II Samuel 4, 12)

  • Aquel día, él había dicho: "El que quiera derrotar a los jebuseos, que se meta por el canal. En cuanto a los ciegos y a los inválidos, David siente aversión por ellos". Por eso se dice: "El ciego y el lisiado no entrarán en la Casa". (II Samuel 5, 8)

  • Tú trabajarás la tierra para él, y lo mismo harán tus hijos y tus esclavos. Lo que tú aportes, servirá de alimento para la casa de tu señor. En cuanto a Meribaal, compartirá siempre la mesa conmigo". Sibá, que tenía quince hijos y veinte esclavos, (II Samuel 9, 10)

  • En cuanto a la población, la hizo salir de la ciudad, la obligó a trabajar con sierras, con picos de hierro y hachas, y la empleó en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los amonitas. Luego David y todo el ejército se volvieron a Jerusalén. (II Samuel 12, 31)

  • ¿A dónde iría yo con mi deshonra? En cuanto a ti, ¡quedarías como un infame en Israel! Por favor, habla con el rey, y él no se opondrá a que seas mi esposo". (II Samuel 13, 13)

  • En cuanto a Absalón, fue a refugiarse junto a Talmai, hijo de Amijur, rey de Guesur. Y el rey estuvo de duelo por su hijo todo aquel tiempo. (II Samuel 13, 37)

  • Luego David dijo a Abisai y a todos sus servidores: "Si un hijo mío, nacido de mis entrañas, quiere quitarme la vida, ¡cuánto más este benjaminita! Déjenlo que maldiga, si así se lo ha dicho el Señor. (II Samuel 16, 11)

  • y cruzaron el vado, para hacer pasar a la familia del rey y complacer todos sus deseos. En cuanto a Simei, se arrojó a los pies del rey cuando este iba a cruzar el Jordán, (II Samuel 19, 19)

  • En cuanto a los malvados, son todos como espinas que se tiran y no se las recoge con la mano: (II Samuel 23, 6)

  • En cuanto al sacerdote Ebiatar, el rey le dijo: "Vete a tus campos de Anatot. Aunque mereces la muerte, hoy no te haré morir, porque has llevado el Arca del Señor delante de mi padre David, y has compartido todas sus aflicciones". (I Reyes 2, 26)

  • En cuanto a la cebada y al forraje para los caballos y los animales de tiro, lo llevaban al lugar donde se encontraba el rey, cada uno según la consigna recibida. (I Reyes 5, 8)

  • Luego colocó los soportes, cinco al lado derecho de la Casa y cinco al lado izquierdo. En cuanto al Mar, lo colocó al lado derecho de la Casa, hacia el sudeste. (I Reyes 7, 39)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina