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Volvió a tomarlo, y lo hizo arder sobre el altar junto con el holocausto: era un sacrificio de la consagración, un sacrificio de aroma agradable, una ofrenda que se quema para el Señor. (Levítico 8, 28)
Luego hizo arder sobre el altar la grasa, los riñones y la protuberancia del hígado, extraídos de la víctima del sacrificio por el pecado, como el Señor lo había ordenado a Moisés. (Levítico 9, 10)
Luego le trajeron la víctima cortada en pedazos, juntamente con la cabeza, y él los hizo arder sobre el altar. (Levítico 9, 13)
Después de lavar las entrañas y las patas, también las hizo arder sobre el altar junto con el holocausto. (Levítico 9, 14)
y presentó la oblación, de la cual extrajo un puñado, que hizo arder sobre el altar, junto con el holocausto de la mañana. (Levítico 9, 17)
fueron depositadas sobre los pechos de las víctimas. Aarón hizo arder las partes grasosas sobre el altar, (Levítico 9, 20)
Las partes grasosas de la víctima del sacrificio por el pecado, las hará arder sobre el altar. (Levítico 16, 25)
Entonces el sacerdote rociará con esa sangre el altar del Señor, a la entrada de la Carpa del Encuentro, y hará arder las partes grasosas como aroma agradable al Señor. (Levítico 17, 6)
Luego tomará de la ofrenda un puñado, como memorial, y lo hará arder sobre el altar. Finalmente, hará que la mujer beba esas aguas. (Números 5, 26)
Los primogénitos del ganado mayor y menor no podrán ser rescatados porque están consagrados. Por eso, derramarás su sangre contra el altar y harás arder su grasa como una ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor. (Números 18, 17)
Elegí a tu padre entre todas las tribus de Israel, para que fuera mi sacerdote y subiera a mi altar, para que hiciera arder el incienso y llevara el efod en mi presencia. Y asigné a la familia de tu padre todas las ofrendas que hacen quemar los israelitas. (I Samuel 2, 28)
Y gritó contra el altar, por orden del Señor: "¡Altar! ¡Altar! A la casa de David le nacerá un hijo -su nombre será Josías- y él inmolará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman incienso sobre ti, y hará arder sobre ti huesos humanos". (I Reyes 13, 2)