Fundar 1364 Resultados para: Gedeón y los 300 hombres

  • El noveno día presentó su ofrenda Abidán, hijo de Gedeón, jefe de la tribu de Benjamín. (Números 7, 60)

  • y dos bueyes, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año para un sacrificio de comunión. Esta fue la ofrenda de Abidán, hijo de Gedeón. (Números 7, 65)

  • Porque todos los primogénitos de los israelitas -tanto hombres como animales- son míos: yo me los consagré cuando exterminé a todos los primogénitos en Egipto. (Números 8, 17)

  • y al frente de las tropas de la tribu de Benjamín, iba Abidán, hijo de Gedeón. (Números 10, 24)

  • Moisés dijo entonces: "El pueblo que me rodea está formado por seiscientos mil hombres de a pie, ¿y tú dices que le darás carne para comer un mes entero? (Números 11, 21)

  • Moisés salió a comunicar al pueblo las palabras del Señor. Luego reunió a setenta hombres entre los ancianos del pueblo, y los hizo poner de pie alrededor de la Carpa. (Números 11, 24)

  • Dos hombres -uno llamado Eldad y el otro Medad- se habían quedado en el campamento; y como figuraban entre los inscritos, el espíritu se posó sobre ellos, a pesar de que no habían ido a la Carpa. Y también ellos se pusieron a hablar en éxtasis. (Números 11, 26)

  • "Envía unos hombres a explorar el país de Canaán, que yo doy a los israelitas; enviarás a un hombre por cada una de sus tribus paternas, todos ellos jefes de tribu". (Números 13, 2)

  • Entonces Moisés los envió des-de el desierto de Parán, según la orden del Señor. Todos estos hombres eran jefes de los israelitas, (Números 13, 3)

  • Los hombres fueron a explorar el país, desde el desierto de Cin hasta Rejob, a la Entrada de Jamat. (Números 13, 21)

  • Pero los hombres que habían subido con él replicaron: "No podemos atacar a esa gente, porque es más fuerte que nosotros". (Números 13, 31)

  • ninguno de los hombres que vieron mi gloria y los prodigios que realicé en Egipto y en el desierto, ninguno de los que ya me han puesto a prueba diez veces y no me han obedecido, (Números 14, 22)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina