Fundar 120 Resultados para: Honor

  • Añadiré otros quince años a tu vida; te libraré, a ti y a esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad por mi honor y el de mi servidor David". (II Reyes 20, 6)

  • El rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes del umbral, que sacaran del Templo del Señor todos los objetos fabricados en honor de Baal, de Aserá y de todo el Ejército de los cielos; los quemó fuera de Jerusalén, en los baldíos del Cedrón, e hizo llevar sus cenizas a Betel. (II Reyes 23, 4)

  • Además, profanó el Tófet del valle de Ben Hinnóm, para que nadie inmolara en el fuego a su hijo o a su hija, en honor de Moloc. (II Reyes 23, 10)

  • El rey profanó los lugares altos que estaban frente a Jerusalén, al sur del monte de la Destrucción, y que Salomón, rey de Israel, había construido en honor de Astarté, el despreciable ídolo de los sidonios, en honor de Quemós, el despreciable ídolo de Moab, y en honor de Milcóm, el abominable ídolo de los amonitas. (II Reyes 23, 13)

  • El rey dio esta orden a todo el pueblo: "Celebren una Pascua en honor del Señor, su Dios, como está escrito en este libro de la Alianza". (II Reyes 23, 21)

  • Fue en el año decimoctavo del rey Josías cuando se celebró esta Pascua en honor del Señor, en Jerusalén. (II Reyes 23, 23)

  • ¿Qué más podría decirte David sobre el honor que le has dispensado, si tú ya conoces a tu servidor? (I Crónicas 17, 18)

  • Lo sepultaron en la tumba que se había hecho cavar en la Ciudad de David. Lo depositaron sobre un lecho lleno de ungüentos y de diversos perfumes cuidadosamente preparados, y se encendió en su honor una enorme hoguera. (II Crónicas 16, 14)

  • Entonces Ezequías dio órdenes a todo Israel y Judá, y también escribió cartas a Efraím y a Manasés para que acudieran a la casa del Señor, en Jerusalén, a celebrar la Pascua en honor del Señor, el Dios de Israel. (II Crónicas 30, 1)

  • y decidieron anunciarlo a todo Israel, desde Berseba hasta Dan, para que fueran a celebrar la Pascua en honor del Señor, el Dios de Israel, en Jerusalén, porque la mayoría no la había celebrado como estaba prescrito. (II Crónicas 30, 5)

  • Pero ella replicaba: "Déjame, no trates de engañarme. Mi hijo ha muerto". Y todos los días salía a mirar el camino por donde se había ido su hijo, porque no se fiaba de nadie. Al caer la tarde, entraba en su casa y pasaba las noches llorando y lamentándose sin poder dormir. Cuando pasaron los catorce días de fiesta que Ragüel había prometido celebrar en honor de su hija, Tobías fue a decirle: "Déjame partir, porque seguramente mi padre y mi madre piensan que ya no volverán a verme. Te ruego, padre, que me dejes volver a la casa de mi padre. Ya te dije en qué estado lo dejé". (Tobías 10, 7)

  • Al verla, todos a una, la elogiaron y le dijeron: "¡Tú eres la gloria de Jerusalén, tú el gran orgullo de Israel, tú el insigne honor de nuestra raza! (Judit 15, 9)


“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina