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Ellos no se apartaron en nada de lo mandado por el rey en lo referente a los sacerdotes y a los levitas, ni tampoco en lo concerniente a los tesoros. (II Crónicas 8, 15)
Ya no permitiré que Israel ande errante lejos del suelo que destiné a sus padres, con tal que se empeñen en practicar todo lo que les he mandado, de acuerdo con la Ley, los preceptos y las normas, transmitidos por Moisés". (II Crónicas 33, 8)
había acondicionado para este una habitación amplia, donde antes se depositaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del vino nuevo y del aceite fresco, o sea, lo que estaba mandado para los levitas, los cantores y los porteros, y lo reservado para los sacerdotes. (Nehemías 13, 5)
No quebrantes ni una sola de las órdenes de tu señor, sino ejecútalas estrictamente como te lo he mandado. ¡Cúmplelas sin tardanza!". (Judit 2, 13)
¿Has mandado una vez en tu vida a la mañana, le has indicado su puesto a la aurora, (Job 38, 12)
No exterminaron a los pueblos como el Señor les había mandado; (Salmos 106, 34)
Ellos le respondieron: "El mismo Señor que vive en el cielo es el Soberano que ha mandado observar el séptimo día". (II Macabeos 15, 4)
reflexiona sobre lo que te ha sido mandado, porque a ti no te conciernen las cosas secretas. (Eclesiástico 3, 22)
Teme al Señor y glorifica al sacerdote, dale su parte, como se te ha mandado: las primicias, el sacrificio de reparación y el lomo de las víctimas, las ofrendas consagradas y la primicia de las cosas santas. (Eclesiástico 7, 31)
Consulten el libro del Señor y lean: no falta ninguno de ellos, ni uno solo ha perdido su pareja, porque lo ha mandado la boca del Señor y su espíritu los ha congregado. (Isaías 34, 16)
Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha mandado decir, para insultar al Dios viviente. (Isaías 37, 17)
porque han cometido una locura en Israel, adulterando con la mujer del prójimo y pronunciando en mi Nombre palabras que yo no les había mandado. ¡Yo lo sé y soy testigo! -oráculo del Señor-. (Jeremías 29, 23)