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  • -es decir, todo el resto del novillo- los llevará a un lugar puro situado fuera del campamento, al sitio donde se echan las cenizas, y allí los quemará con leña. (Levítico 4, 12)

  • Después el sacerdote mojará su dedo en la sangre, la pondrá sobre los cuernos del altar de los holocaustos y derramará el resto de la sangre sobre la base del altar. (Levítico 4, 30)

  • luego rociará la pared del altar con un poco de sangre, y el resto lo escurrirá sobre la base del altar: es un sacrificio por el pecado. (Levítico 5, 9)

  • Aarón y sus hijos comerán el resto. Lo comerán sin levadura, en el recinto sagrado, o sea, en el atrio de la Carpa del Encuentro. (Levítico 6, 9)

  • Ese resto no deberá ser cocido con levadura. Yo les doy esa parte de las ofrendas que se queman en mi honor: es una cosa santísima, lo mismo que la ofrenda por el pecado y la ofrenda de reparación. (Levítico 6, 10)

  • Si todavía queda algún resto de carne, será quemado al tercer día. (Levítico 7, 17)

  • El resto del novillo -su cuero, su carne y sus excrementos- lo quemó fuera del campamento, como el Señor se lo había ordenado. (Levítico 8, 17)

  • Sus hijos le presentaron la sangre de la víctima, y él, mojando su dedo, puso un poco de sangre sobre los cuernos del altar y derramó el resto sobre la base del mismo. (Levítico 9, 9)

  • el cual examinará la afección. Si en la zona afectada el vello se ha puesto blanco, y aquella aparece más hundida que el resto de la piel, es un caso de lepra. El sacerdote, después de haberla observado, deberá declarar impura a esa persona. (Levítico 13, 3)

  • el sacerdote la examinará. Si en la mancha lustrosa el vello se ha puesto blanco y la parte afectada aparece más hundida que el resto de la piel, se trata de lepra que ha proliferado en la quemadura. El sacerdote deberá declarar impuro al enfermo, porque es lepra. (Levítico 13, 25)

  • el sacerdote examinará la parte afectada. Si esta aparece más hundida que el resto de la piel, y en ella el pelo se ha vuelto amarillento y débil, el sacerdote tendrá que declarar impuro al enfermo: es tiña, o sea, lepra de la cabeza y del mentón. (Levítico 13, 30)

  • Pero si el sacerdote comprueba que la zona afectada de tiña no aparece más hundida que el resto de la piel, y que en ella no hay pelo negro, mantendrá aislado al enfermo durante siete días. (Levítico 13, 31)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina